Al realizar un mapa de riesgos, no solo se logrará disminuir la frecuencia o la gravedad del impacto financiero de los riesgos al poder prever situaciones y mitigar las posibles consecuencias, sino también se estará haciendo crecer la operación de tu empresa. Hoy en día la seguridad corporativa se entiende no como un gasto, sino como un modo de mejorar el posicionamiento de tu empresa en el mercado, de mejorar la rentabilidad. Un Plan de Riesgo permite seguir en tiempo y forma el plan de negocios diseñado, porque al disminuir los riesgos se podrán mantener a flote todas las estrategias propuestas y también te ayudará a optimizar los recursos utilizados para la seguridad de tu empresa. Con el diseño e implementación de los mapas de riesgos se promueve el trabajo en equipo, lo cual incrementa el entendimiento de los participantes sobre los procesos analizados y crea un mayor nivel de responsabilidad y colaboración entre las dependencias, porque con ellos se logra entender las relaciones que tienen los procesos entre si y sus implicaciones en la generación y administración de riesgos
Para elaborar un Plan de Riesgos, la empresa debe establecer qué persona o equipo de personas serán los responsables de la elaboración de este gráfico. Este grupo puede componerse de empleados de diferentes áreas de tu negocio para tener una visión más global y ajustada a la realidad. El equipo designado define los riesgos a los que se expone la compañía y que pueden causar efectos negativos en la misma. Se debe tener en cuenta todas las variables que puedan producir pérdidas económicas en el negocio. Cada empresa y cada sector se enfrenta a un tipo de riesgos y de una magnitud diferente. Tras hacer una estimación cualitativa como cuantitativa de los posibles riesgos que afectan a la empresa, es útil realizar un análisis FODA (Fortaleza, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) para calibrar qué probabilidades hay de sufrir todos esos riesgos y de qué manera pueden afectar a la compañía. En este punto, se tienen en cuenta tres criterios de evaluación: el impacto económico, el grado de probabilidad de que suceda y el área de la empresa al que puede afectar. Con toda la información de las fases anteriores, se elaborará una representación gráfica y visual de las amenazas y riesgos de la empresa. Los mapas de riesgos pueden representarse con gráficos o datos. Los gráficos corresponden a la calificación de los riesgos con sus respectivas variables y a su evaluación de acuerdo con el método utilizado en cada empresa. Los datos pueden agruparse en tablas, con información referente a los riesgos; a su calificación, evaluación, controles y los demás datos que se requieran para contextualizar la situación de la empresa y sus procesos, con respecto a los riesgos que la pueden afectar y a las medidas de tratamiento implementadas. El último paso es planificar quiénes atenderán determinados riesgos, qué acciones concretas se llevarían a cabo en cada caso y de qué manera se pondrán en marcha.
La elaboración de un mapa de riesgos en una empresa puede ser bastante compleja, por lo que hay que buscar a profesionales capacitados para llevar a cabo el proceso de principio a fin.