LAS FASES DEL GROOMING

El online grooming incluye una serie de conductas para poder detectarlo y prevenirlo.

  • La creación de un vínculo de confianza. El agresor contacta con la niña o niño y establece el vínculo de confianza. Para ello habitualmente finge otra edad, cercana a la de la víctima. Además, el abusador empatiza a un nivel profundo con los niños y niñas haciendo que escucha sus problemas y aprovecha esa información para chantajear después.
  • El aislamiento de la víctima. En esta fase el agresor busca aislar al menor de su red de apoyo natural (familiares, amistades, docentes, etc.) dejándolo desprotegido.
  • La valoración de los riesgos. El agresor tiende siempre a asegurar su posición, así que suele preguntar a la víctima si alguien más conoce su relación e intenta averiguar quién más tiene acceso al dispositivo que utiliza el menor.
  • Conversaciones sobre sexo. Una vez se siente con confianza, el abusador empieza a introducir conversaciones sexuales de manera paulatina. Busca que la víctima se familiarice tanto con la temática sexual como con el vocabulario.
  • Las peticiones de naturaleza sexual. En esta última fase el criminal utiliza la manipulación, las amenazas, el chantaje o la coerción para que la víctima le envíe material sexual o la relación culmine con un encuentro físico.


10 recomendaciones a padres y madres para prevenir el grooming
  • Explicar a los niños los riesgos que supone Internet: hacer hincapié en la importancia de no revelar datos personales a desconocidos y de no enviar fotos ni vídeos a desconocidos.
  • Aprender a manejar y usar las nuevas tecnologías para saber en qué actividades se encuentran los niños y niñas y a qué peligros se enfrentan.
  • Colocar el PC en lugares de tránsito o visible y evitar que chateen a puerta cerrada.
  • Evitar que chateen desde las 22 horas en adelante, ya que a partir de esta hora se incrementa el número de usuarios y potencialmente aumenta el riesgo.
  • Instalar antivirus y programas de navegación segura en los aparatos electrónicos que usen los menores.
  • Llevar un seguimiento sobre las páginas que visitan, con quién hablan y sobre qué temas (hablando con ellos y preguntando)
  • No instalar una cámara web en la computadora. En caso de hacerlo, restringir su uso con una clave de seguridad.
  • En caso de sospecha de acoso a través de Internet es conveniente hablar con el menor, dándole confianza para contar lo que está pasando.
  • Contactar con la policía o con organizaciones de protección de niños, niñas y adolescentes si se necesita consejo o ayuda.
  • Conversar con los menores acerca de sexualidad saludable y reforzar en ellos la idea de que pueden hablar sobre contenidos o situaciones que les sean desagradables o les hayan incomodado.