La evolución de las centrales ha sido espectacular: hemos pasado de las centrales manuales hasta las actuales, las centrales digitales, que realizan las llamadas a través de Internet, o las virtuales o en la nube.

Después de la invención de la telefonía por Alexander Graham Bell en 1876, las primeras líneas que se instalaron eran punto a punto, conectando directamente los equipos terminales de dos usuarios del servicio telefónico. Inmediatamente se vio la necesidad de tener acceso a una multiplicidad de usuarios para extender las posibilidades del servicio. La solución era llevar a todas las líneas a un centro y proporcionar allí los medios para conectar a los usuarios entre sí. Estos medios son los que constituyen los elementos de conmutación.

En 1889, Almon Brown Strowger inventó la central automática, que posteriormente patentó en 1891. Hasta ese momento, era necesario un intermediario para la conexión, es decir, era una conexión indirecta.

Las centrales eran manuales y distribuían las llamadas mediante operadoras, que se encargaban de la conexión.

Según la leyenda Almon Strowger era un empresario que tenía una funeraria en Kansas City. Su negocio era prospero, sin saber cómo ni por qué, su negocio comenzó a perder clientes. Al investigar descubrió que? una de las operadoras de la central telefónica local era la esposa de un propietario de la competencia y todas las llamadas solicitando los servicios de una funeraria iban a su competidor. Por lo que Strowger decidió arreglarlo él mismo.

En ese momento, las llamadas transatlánticas podían demorarse hasta 2 horas, a pesar de que las operadoras pudieron reducirlo a los 15 minutos de media. Algo impensable hoy en día, pero al mismo tiempo, algo nunca visto en aquellos tiempos.

Sin embargo, el principal problema con estas centrales telefónicas era la nula privacidad de las llamadas, ya que las operadoras podían escuchar y manejar las llamadas.

Con el avance de la tecnología, la central automática de Strowger se perfeccionó y fue incorporando mejoras, como los botones rotatorios, que nos han acompañado hasta bien entrado el siglo XX.

Sin embargo, a pesar de la comodidad de estas centrales, las centrales manuales siguieron existiendo y persistiendo hasta más o menos la mitad del siglo XX, debido a la cualificación de las operadoras y la asunción de nuevos roles y habilidades (administración, secretaría, recepción, etc?)

Hoy en día, la central telefónica es un elemento imprescindible en la red de telecomunicaciones. Empresas, organizaciones e, incluso hogares, pueden disponer de centrales privadas. Este es un método muy útil para simplificar, gestionar y canalizar las comunicaciones.