• Los extintores deben colocarse en zonas accesibles y a la vista, evitando obstáculos delante y zonas de difícil acceso. Se debe al acceder a ellos con rapidez.
  • Es esencial que estén situados lo más cerca posible de entradas, salidas y, por supuesto, de puntos en los que haya más probabilidades de originarse incendios. Por ejemplo, cerca de los equipos electrónicos o en las zonas de evacuación.
  • Debe haber un extintor accesible en 15 metros desde cualquier punto del local. Es importante no malinterpretar esta indicación, no 15 metros en línea recta, hay que tener en cuenta el recorrido y los obstáculos que habría que rodear. De ahí que se calcule el número de extintores necesarios en función del tamaño total del espacio.
  • La parte alta de los extintores tienen que estar colocados a una altura entre los 80 cm y los 120 cm sobre el suelo, para que cualquier persona de estatura media pueda acceder el extintor con facilidad.
  • Los soportes en los que se encajan los extintores deben fijarse a una superficie totalmente vertical, nunca inclinada o con formas. Además, estos soportes deben garantizar la protección del elemento.
  • La ubicación de los extintores debe estar señalada con un cartel foto luminiscente con el fondo de color rojo y con la palabra "extintor" o un dibujo de un extintor con la silueta en color blanco. También, debe quedar claro qué tipo de extintor es, para saber si es útil o no contra el fuego que se esté dando. Por ejemplo, no es lo mismo que se incendie una tienda de ropa, o una cocina.

Además de su correcta instalación y señalización debe realizarse un mantenimiento periódico del extintor para verificar su correcto funcionamiento en caso de necesidad. Hacer las revisiones y el mantenimiento de los extintores es esencial y hay varias cuestiones que atender. Para el correcto mantenimiento de los extintores se recomienda:

1 vez al mes: Sacudir el extintor para que el polvo que hay en su interior no se asiente, agitándolo hacia arriba y hacia abajo, por lo menos durante dos minutos. También es necesario llevar a cabo una inspección de tu extintor, que consistirá en asegurarte de que la unidad esté disponible, operable y completamente cargada.

Cada 3 meses: Comprobar la buena accesibilidad, el buen estado aparente de conservación, los seguros, los precintos de seguridad, las inscripciones, la manguera, etc. Se comprueba el estado de carga del extintor (peso y presión) y el estado de todas las partes mecánicas (boquilla, válvulas, manguera, etc?).

Cada 2 meses: se verifica el estado de carga del extintor (peso, presión) y, en el caso de los extintores de polvo con botellín de impulsión, el estado del agente extintor. Se comprueba también la presión de impulsión del agente extintor, el estado de la manguera, la boquilla o lanza, las válvulas y todas las partes mecánicas.

Cada 5 años: Prueba hidráulica, que deberá realizarse 3 veces como máximo, ya que la vida útil de todo extintor es de 20 años.

Además, si nos percatamos de alguna anomalía o encontramos algo en mal estado no hay que dejarla pasar. Y si por alguna razón hemos hecho uso de los extintores hay que hacer una revisión lo antes posible.